Un capricho que llevo con orgullo

Gracias a la impecable gestión de un amigo en USA; Tengo conmigo a uno de esos caprichos que te satisfacen poder acceder pues ¿Para qué se hizo el dinero? Me refiero a un reloj Tissot T Touch con una tecnología excepcional que me permite lucirlo, vivirlo en su primaria función de dar la hora y lo mejor: Disfrutar de su altísima tecnología que lo vuelve un aparato “meteorológico” de gran valía… 

Lo hago, no lo hago, lo compro, no lo compro, llamará mucho la atención, pasará inadvertido, es justo gastar mis $ en esto, no lo  es… tras estas divagaciones; Accedí a comprarme una de las escasas prendas personales “accesorias” por las que siempre me he decantado: un reloj de muñeca.

He tenido cualquier cantidad de ellos. Tengo firme recuerdo de tres en particular: Un precioso Casio de cristal mineral serie “Oceanus” en acero inoxidable, que me regaló mi mamá en mi graduación de TSU y que tenía un fondo amarillo limón suave. Ese; Desapareció con una banda de desalmados a finales de los 90 con una “operación comando nocturna” en la que me encontré implicado. Otro Casio también me permitió conocer por vez primera, cuan difícil es vivir en un país en donde nada es literalmente tuyo sino del “otro” que decide quitártelo forjadamente: Recuerdo que vino desde la isla de Margarita traído por mi abuelo, mi madre tenía uno y yo otro: Sonaba con melodías distintas para cada día de la semana y un pequeño delincuente, cuchillo en mano, me lo quitó un mediodía de una era vacacional de principios de los 80. 

Pero esto no son historias de desagrado. Tras tantos relojes de estos resistivos y variados relojes japoneses, llegó a mi brazo un Victorinox correa de acero, plenamente sumergible con su clásico fondo blanco. Un reloj esencial, robusto, representativo y musculoso pero discreto que saqué a costa de esos “Puntos” con los que un banco te premia por mantener tu tarjeta de crédito al día. 

Pero este… este es el deseo, el capricho. La cierta lujuria. Nunca me han gustado relojes (y es mi filosofía de vida en general) tipo “vitrina” demostradores de dudosos “status” como los Rolex. Este T Touch reunía un estilo a medio camino entre informal y representativo, diario pero también sumergible en el mundo de lo vistoso y aceptable como “llamativo” pero muy especialmente con su función primaria: Cristal de zafiro no sujeto a ralladuras (ver para creer) correa de especial material sintético, acero inoxidable en construcción, y la crema: Medición en tiempo real de valores meteorológicos tales como temperatura, altura, posibilidad de mejoría/empeoramiento del clima, brújula y los siempre valuables cronógrafo y alarma además de fecha. También resiste el agua a 30mts de profundidad. 

Ya lo he probado en varias condiciones y es un placer: Distintos puntos de Caracas entre 900 y 830 mts. De Altura. Guarenas en promedio 370-400 mts. De altura. La temperatura se afecta con el calor corporal subiendo unos tres grados en promedio encima de lo deseable pero basta con dejarlo fuera de ella para obtener una lectura precisa –muy precisa- en donde es común leer cosas como 31,1º o 28,7º lo cual habla de su medida exacta. Lógicamente; Se usa como parámetro la presión atmosférica para obtener estos valores, por tanto es común que en un mismo punto, la altura varíe + o – un 10% en un misma día o varios de ellos. 

¿La predicción del clima? Fundamentado en lo mismo anterior: Toma en cuenta los ascensos graduales o bruscos de los valores de presión barométrica y en base a ello, compara los valores habituales con los que lee y por medio de la inclinación de las agujas de minutero y segundero, ofrece una “visión” predictiva que he comprobado, puede tener cierta efectividad. 

El cristal se “activa” por un botón central, que vuelve táctil la activación de dichas funciones. Todo un artilugio de ingenio, sencillez y tecnología. 

Bueno, allí lo tienen en la foto. Pidan cita si quieren verlo pues no me lo pongo a diario, jejeje. 

Salu2