El acceso bloqueado

La paranoia generalizada con el tema de la inseguridad –Lamentablemente comprensible- ha generado un nacimiento de una cultura de prevención hacía el delito, que deriva en empresas con sendos análisis sobre cómo “controlar y minimizar” la posibilidad de un ataque delictivo. El detalle es que existe un paso muy pequeño entre la eficiencia y la absoluta contradicción en la obtención de resultados…

 El día que un terremoto regrese a recordarnos quién realmente “manda” en la vida diaria en Caracas y Venezuela general, me gustaría avistar que las toneladas de muertos no solo tendrán origen en las miles de construcciones lacustres o en suelos inadecuados, sino también en los millares de accesos bloqueados en edificios, empresas, colegios, universidades y una eternidad de “etcéteras”

¿Dramático? Haga un rápido inventario  de cuando fue la última vez que intentó salir por un centro comercial y se encontró con que la cerrada estaba “cerrada” y tuvo que dar media vuelta a pie o en auto para salir por un acceso que –de paso- no le convenía.

También intente recordar cuantas veces y solo porque era cierta hora de la noche, el restaurante de comida rápida en donde estaba, cerró el sótano de abajo y lo propio con dos de sus tres entradas para “controlar mejor los accesos”

Y así vaya recordando.  Tuvo que devolverse de la salida del cine, del teatro, tuvo que bajar tres pisos porque apagaron el ascensor porque “era muy tarde” en tal centro nocturno,  al salir de un atestado hipermercado, solo pudo hacerlo (tras una tediosa y lenta cola) por una rampa que no le convenía pero “la empresa de vigilancia cerró la otra salida”

Total que; Para seguir deteriorando nuestra calidad de vida, también incorporamos barricadas, casetas de ineptos vigilantes que raras veces vigilan y en general, interrumpimos nuestro libre accionar con todo tipo de obstáculos para seguir aumentando las obstrucciones de vías coronarias y asegurarnos una vida corta y poco feliz.

Todo en pos de una “relativa” seguridad.

Salu2