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Rubenvirtual... Bitácoras del pensamiento

¿Colapso?

¿Colapso?

No he estado muy prolífico escribiendo últimamente. Labores de “cambio” de vida son suficientes. Sin embargo; Me gustaría expresar una sensación, una vivencia diaria que tengo arrastrada desde hace tiempo. Es esa sensación de “colapso”  de los esfuerzos que hace la sociedad venezolana por tener alguna calidad de vida, especialmente de la que vive en Caracas. Queda la idea de que hemos llegado al final, que estamos en el mero fondo del desorden, la carencia de urbanidad y posibilidad de vivir felices y longevos… 

Basta con analizar todas las gestiones diarias y cotidianas que hacemos, para percibir la enorme insatisfacción sobre el resultado de las mismas. Realmente; No tengo explicación certera pero da la sensación que estamos viviendo en un colapso, que o somos muchos en un lugar pequeño, o que no tenemos líderes ni instituciones dispuestas a generar cambios para respetar las normas de urbanismo, convivencia y urbanidad, como también; Que existe una perenne carencia de tiempo, una permanente urgencia de celeridad sobre los productos y servicios para darnos por satisfechos. 

Es el precio que –me parece- se paga con un crecimiento desordenado, desbordado, con restricciones de flujo económico y comercial que derivan del “No producir” lo que necesitamos y con demasiados ineptos absolutamente indolentes por aquello de generar cambios o hacer cumplir las ¿leyes? De cualquier índole. 

A ratos, queda la sensación de que cada quién defiende la triste teoría de vivir como le da la gana sin pensar en el prójimo. Creo; Que Venezuela o al menos Caracas, está inundada de edificios, casas, urbanizaciones, barrios, conjuntos o como los quieran llamar, llenas de gente que vive sin respetar normas, con demasiado ruido en todos sus quehaceres, cogiéndose cualquier metro cuadrado que no le pertenece en un talud, en el estacionamiento, en las jardineras, dejando que sus hijos molesten y drenen sus locuras con la sola premisa de que “se diviertan” etc. 

También parece que las empresas mas grandes y organizadas con reputación de sendos recursos y beneficios para sus empleados, no tienen control sobre esa especie de enfermedad colectiva que es la “dejadez” con sinónimos como la anarquía, la indiferencia, el clientelismo, la molestia en servir al prójimo, en conformarte con tu sueldo para llevar a cabo el trabajo encomendado. Pagar cualquier giro, cuota, servicio, hacer un reclamo, sugerencia, petición a la empresa pública y privada, es un verdadero ejercicio de paciencia en donde el “cliente” es el que debe dar ¡Servicio! Al operador, subgerente, inspector, supervisor o lo que sea, pues de lo contrario recibirá la represalia de la indiferencia y la no solución de nada. 

Hacemos millares de horas de cola y retrasos en el sistema bancario, en restaurantes, en empresas de servicios básicos, telefonía celular, talleres de autos, manufacturas, grandes almacenes… es como si Caracas de la noche a la mañana creció en el doble de habitantes y nadie se siente conforme en atender dignamente al otro o en cumplir con responder correos electrónicos, mensajes de texto, la promesa de la “llamada segura para darte solución a tu caso”, el cheque prometido para tal día, la orden de servicio, reparación, reclamo… lo que sea. Todos se sienten con el derecho a montar una cara, a no atender y a superponer el teléfono celular, el “Messenger” o el reproductor de MP3, antes que dar atención al público. 

El tránsito vial merece una dedicación especial: Millares de autos rodando sin control alguno, un parque automotor que aunque ciertamente “Renovado” por la orgía de dinero circulante y banca “compasiva” con planes de intereses moderados e iniciales accesibles, dejando como resultado incontables colas en donde la vida pasa dentro de una máquina que necesita 2 horas para recorrer, 5, 10, 15, 20kms de escaso recorrido. Desorden, inercia de las autoridades, agresividad, snobismo, carencia del sentido común. 

Los mejores en ofrecer servicios y productos sin colas, anarquía o dejadez, son aquellos que realmente cumplen el mínimo de los estándares para ofrecer una sensación de que podemos acceder a una calidad de vida en alguna forma o función. 

Nos regodeamos que llegamos tarde a todos lados porque “El tráfico es muy grande” no asistimos a citas, consultas, asesorías, reuniones, entrevistas y no somos capaces de al menos “simular” excusas viables. Ocurre en ambos sentidos, de quién ofrece y quién recibe. 

No quedan espacios, no hay diseños urbanos coherentes en función del futuro. Todo es “que cada quién construya donde pueda y como quiera” 

En los supermercados no se consigue lo que usted busca sino lo que existe. Cualquier empleado promedio se da el lujo de hacerlo esperar minutos, horas, días, para una gestión que realmente se llevan escasas dedicaciones resolubles en escasos espacios de tiempo. Se ha generalizado la norma “gerencial” de que si usted solicita una constancia, un recibo, una factura, una gestión de garantía, una revisión de servicio, una reparación por más ínfima que sea… deberá esperar un lapso de tiempo descomunal, gigantesco y lo más terrible: Muchas veces siquiera lo solicitado está solucionado o bien; Lo hacen delante de uno, en escasos segundos y minutos. 

La mayorí;a de las empresas, apuestan a sus “Mínimos operativos” recargando al personal de trabajo y esperando la mejor rentabilidad posible. Me temo; Que ahora más que nunca el inmortal conflicto “patrono-empleado” se ha agudizado a límites enormes, pues las nuevas normativas de “derechos” para todo el que no sea patrono, lleva a una actitud de desafío y amenaza del empleado constante. Ni tan calvo ni con dos pelucas. 

No entiendo exactamente… ¿Es una explosión de demanda con oferta insuficiente? ¿Es una cuestión educativa en donde el tema servicio  está derrotado por la servilidad? ¿Es una enfermedad colectiva que consiste en una mezcla de depresión, desazón, desesperanza, frustración, envidia, insatisfacción y pare uno de contar? ¿Cuál es la responsabilidad de una supuesta “revolución” “tormenta de ideas” “mesas de trabajo” dirigida por ineptos y mediocres? 

¿Es una mezcla de todo lo antes dicho? 

¿Es que esa masa gigantesca de jóvenes mal formados educativamente es la causa de todo en el fondo? ¿Es que se han fugado tantos cerebros operativos en este país? 

No tengo respuestas… sino especulaciones.

 

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