Sobre lo acontecido con Hamilton-Raikkonen en SPA
Ha finalizado una de las mejores carreras de F1 en los últimos tiempos. No podía ser sino en el monumental SPA, en donde Lewis Hamilton y Kimi Raikkonen nos expusieran la determinación mutua en ir por la gloria. Y si bien en principio el inglés llevó las palmas y el monarca actual perdió con dignidad en el intento, más tarde el ganador sería otro debido a una sanción controversial que agitará lo que queda de temporada debido a sus consecuencias…
Faltan tres vueltas para el final del GP de Bélgica 2008. Un tenso e interesante duelo por el liderazgo de la carrera, ha marcado la sucesión de la misma: Kimi Raikkonen salió determinado a ganar, decidido a no convertirse en el “coequipero” de Felipe Massa, dada su irregular campaña que le ha dejado atrás en las consideraciones de campeonato. En las primeras de cambio, se apoderó del ritmo en el enorme trazado belga al dejar atrás al brasilero y a Lewis Hamilton. Nada parecía detener el ritmo del finés, siquiera el temor de que su frágil propulsor –según lo visto en los últimos GP- pudiese fallar.
Lewis Hamilton se lo tomó con calma y persistencia: Largó en pole pero cometió pecado que no perdonó el campeón nórdico. En adelante, persiguió incansablemente al líder de la competencia. 1 segundo, 2 segundos, 3,5, 5, casi seis… La diferencia nunca fue abismal pero en cada sector, el “cavallino” y su volante tildado de “Hombre de hielo” hacían peso de una superioridad mínima pero persistente. Es pues, la historia de gato y ratón.
Sin embargo, en el tradicional guión de estratégias de carrera y con las variantes personalizadas por Ferrari y McLaren y las diferencias de rendimiento para el F2008 y el MP423 respectivamente, existían pormenores como el desgaste de llantas, la actitud del coche en suelo deslizante, y la elección de compuesto mas duros o menos según los requerimientos de cada quién.
Hamilton, comenzó a estrechar lentamente la diferencia pero sin pausa. En cada sector remangaba una mínima ventaja a su favor ¿Administraba Kimi? Parecía, a juzgar porque cierta subvirancia en el McLaren y el manejo en tráfico, le hacían perder a Hamilton el lento trabajo de ejercer presión en los retrovisores del coche rojo.
Pero aun imperceptible a las cámaras, el caprichoso e impredecible trazado de SPA nos trajo el agua bendita en algunos sectores del mítico circuito. En forma de mínimas gotitas, el suelo comenzó a empujar a Lewis a presionar con más certeza a poco de cinco vueltas para el final. Todo esto pese a que el resultado le resultaba fenómeno en sus aspiraciones para el campeonato pues el que verdaderamente importa –Felipe Massa- viene distante, administrando, evitando comprometerse. En Silverstone, el sudamericano no probó mucha empatía con el manejo en condiciones duras. Sigo creyendo que es algo “timorato” en ausencia del control de tracción.
Y me detengo a considerar lo siguiente: ¿Cuál es el valor de la determinación de Raikkonen en dar vuelta a toda costa de la situación para sí? ¿Y cual es ese mismo rango de apreciación para un Lewis Hamilton empecinado en tomar riesgos?
Ambos dos me han recordado a nombres y apellidos que corrían porque querían, sin aceptar guiones administrativos. Ayrton Senna y Gilles Villeneuve por ejemplo.
Sin embargo, a tres vueltas del final, la lluvia creciente permitió un rendimiento superior para Hamilton. El joven y atrevido moreno no dudó en llenar los espejos de Raikkonen y para sintetizar lo que todos hemos visto, han sido las últimas vueltas más cardiovasculares de la F1 en los últimos tiempos: Lewis Vs. Kimi. Retador Vs. Monarca. El finés, defendió a todo dar su posición y en la parada del bus, la aspiración ciertamente “optimista” del “plateado”, culminó con una escapatoria por la chicana y un retorno del que probó su agudeza al tomar inmediatamente la succión del Ferrari y lanzar un verdadero “autazo” al “cavallino” en “La Source” para conseguir un inesperado botín: La posición de líder. Raikkonen; No se dio por vencido y volvió a la persecución pese al evidente nerviosismo de su Ferrari. Las consecuencias se verían poco despues: El caos se vino con la intensificación de la lluvia y Raikkonen llevó la peor parte al terminar estrellado contra la defensa mientras Hamilton llevó con precariedad a su coche al ansiado banderazo a cuadros. Aplausos para el inglés y de mi parte para el monarca que corrió los riesgos innumerables con tal de cambiar su predestino en el campeonato.
Pero en la Televisión de plasma, LCD, Pantalla plana, Trinitron, Biovisión, o a blanco y negro, un siniestro cintillo anunciaba la “investigación de los incidentes entre el coche 1 y 22” en clara alusión a los antes mencionados. Luego; El oficial de protocolo que evitó la celebración merecida de Lewis con su gente (¿Por cual razón?) pareció un “ave de mal agüero” algo tipo “No te rías mucho porque…”
Tres horas mas tarde… Hamilton penalizado con 25 segundos supra suficientes para demolerlo al tercer lugar y para propulsar a Felipe Massa en el campeonato con una tímida diferencia de dos puntos. Estalla la controversia en todos los rincones, donde exista sangre y pasión por la Formula Uno y el deporte a motor.
El argumento de los comisarios para tomar tan delicada decisión, es la evidente violación de la regla que penaliza el tomar un atajo con una ventaja consecuente para el piloto. Dicha norma también estipula algo como que en una necesidad primaria, el piloto debe devolver la posición ganada de manera indebida.
Y eso, -a mi modesto entender- es lo que hizo Lewis Hamilton.
Que el inglés tomó el rebufo de la Ferrari con tal prontitud, que evidentemente se adhirió a ella para tomar ventaja en su osada y genial maniobra de rebase a Raikkonen, solo prueba que tomó al límite un V A C I O del reglamento.
He allí el detalle: En F1, las sanciones de distintos tipos, son puestas a prueba por ingenieros y pilotos una y otra vez. Y los resultados de actuar según la óptíca, draconiana o salomónicamente tiene sus consecuencias.
Si Hamilton hubiese sido despojado de menos segundos para “distanciarlo” al segundo lugar (Y por ende la victoria hubiese sido para el sorprendente Heidfeld) entonces quedaría una sensación de equilibrio en el aire. El mismo tenue equilibrio con el que se penalizó monetariamente a Felipe Massa en Valencia, cuando el brasilero por poco aplasta al muro a Adrian Sutil, y no conforme, argumentó que el alemán –Que tenía evidente preferencia en el carril de boxex de reingreso a la carrera- “debía apartarse porque él era el líder” ¡¡!!
También es el tenue equilibrio con el que se hizo la vista gorda la dirección de carrera en Francia, cuando Raikkonen corrió con un pedazo de metal caliente colgando cuyo desprendimiento habría podido causar una desgracia si impactara uno de los cascos de los pilotos que le sucedían. También; La misma vista gorda con la que consecutivamente el monarca actual, acabó con la carrera de Sutil y Force India por su inexplicable desaforo en Mónaco y más tarde (aunque menos impactate visualmente) con la de Kovalainen en Estambul. Pero en cambio, Hamilton nuevamente mordió el polvo “Jurídico” cuando en Canadá, un estruendoso error acabó con la carrera de Raikkonen y Rosberg. Allí le cayó el peso absoluto.
No es fácil sencillamente. Y lo mas dramático es que en muchas decisiones de esta naturaleza siempre existe una Ferrari implicada. Para el análisis: ¿Es así por el tremendo protagonismo de Maranello en la última década, o vale la suspicacia de muchos en torno al suave guante de seda con el que son tratados coches y pilotos italianos comparativamente a sus rivales?
Se mezcla la iracundia con el análisis, el fervor, el fanatismo con la subjetividad y la objetividad. En mi opinión modesta y desinteresada de causas –Hace rato que quién suscribe valora a los pilotos por encima de los equipos- lo de Lewis Hamilton ha sido exagerado. Retrocederlo 10 puestos en Monza bastaba. El tenue equilibrio ha fallado para lamento de muchos y risas de también otros tantos. La lista de incidentes en donde Maranello toma alguna ventaja por decisiones “en despachos” crece… y crece… y crece…
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